La investigación en cautividad de un gran migrador como el atún rojo atlántico
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El atún rojo despierta un gran interés social, comercial y científico. Desde hace algunos años, investigadores del Centro Oceanográfico de Murcia del Instituto Español de Oceanografía (IEO) están avanzando en la domesticación de este gran migrador para conocer mejor aspectos de su reproducción y crecimiento y evaluar la viabilidad de su cría para el consumo humano, un verdadero reto para un pez que pasa a medir unos milímetros en su etapa larvaria hasta unos 3 metros en su etapa adulta y que está acostumbrado a recorrer largas distancias entre el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo.
De la granja a la mesa
El atún rojo Atlántico es uno de los productos del mar más preciados en todo el mundo. Más allá de su pesca tradicional, en la actualidad, la cría comercial (denominada fattening) se ha convertido en una nueva fuente para el consumo humano. En concreto, la cría de atún rojo consiste en capturar ejemplares vivos de gran tamaño (de más de 100 kg), mediante artes de cerco, en las zonas de reproducción del Mar Mediterráneo. Estos atunes se transportan a pocas millas de la costa, donde las empresas pesqueras tienen sus granjas flotantes. Durante alrededor de 6 meses, los atunes capturados son alimentados allí con pequeños peces pelágicos ricos en grasa como por ejemplo la caballa o la sardina, entre otros. Posteriormente, cuando alcanzan la talla y el peso comercial deseado se sacrifican y se comercializan mayoritariamente en el mercado japonés.
Además del atún rojo del Atlántico, existen otras especies de escómbridos (familia de peces que incluye a bonitos y atunes, por ejemplo) que se producen para consumo humano en similares condiciones. Hoy en día las tres especies de atún rojo: Atlántico (Thunnus thynnus), Pacífico (Thunnus orientalis) y del sur (Thunnus maccoyii)) se cultivan a escala comercial en sus hábitats naturales respectivos del Mediterráneo, Japón, Corea del Sur, Méjico y en el sur de Australia, aunque solo en el caso del atún rojo del Pacífico en Japón se crían y comercializan también ejemplares nacidos en cautividad. Asimismo se producen con este fin otras especies de atunes como el de aleta amarilla (Thunnus albacares) en la costa del Pacífico de México.
La cría del atún con fines científicos
La cría de atún rojo no tiene únicamente un fin comercial y gastronómico, su cultivo en cautividad nos permite comprender mejor su biología. Muchos aspectos sobre este túnido serían muy difíciles de conocer si no fuera por la posibilidad de estudiarlos de cerca y de manera prolongada. Hasta el día de hoy, los avances en la domesticación en el IEO han dependido de la obtención de huevos en las granjas de cría que este centro de investigación marina tiene en alta mar. Sin embargo, temporales, condiciones marítimas o metereológicas desfavorables o la presencia de depredadores, pueden echar a perder una campaña de obtención de huevos. Por ello, el Centro Oceanográfico de Murcia, ha construido una gran instalación experimental en tierra, la ICRA, donde controlar la reproducción del atún rojo y poder recoger fácilmente huevos que aseguren que las investigaciones puedan sostenerse en el tiempo.
En las instalaciones del Centro Oceanográfico de Murcia se están desarrollando técnicas para conocer el ciclo biológico completo del atún rojo Atlántico (Thunnus thynnus) que abarca el estudio desde su estado de huevo, pasando por larva y juvenil, hasta llegar a adulto. Estas investigaciones están ayudando a conocer mejor su fisiología, dieta, desarrollo durante las primeras etapas de vida, que es cuando mayor mortalidad presenta la especie, crecimiento, metabolismo y la respuesta a la variación de las distintas condiciones ambientales como la temperatura o el oxígeno.
Actualmente, las larvas de atún se obtienen de huevos depositados por ejemplares adultos que se encuentran cautivos en granjas flotantes y luego se crían en las instalaciones que el IEO tiene en tierra. En sus primeros días, las condiciones óptimas para la cría de las larvas son de fotoperiodos largos, con 15 horas de luz y 9 de oscuridad, temperaturas en torno a 24-26ºC y salinidades de 38. En cuanto a la comida, durante esta etapa se alimentan de presas vivas como rotífero enriquecido y/o copépodos, Artemia, y más tarde de larvas recién eclosionadas de otras especies de peces. Tras unos 45 días, estas larvas se convertirán en juveniles de unos 10 cm de longitud aproximadamente que se alimentan de pienso. En este momento, se transportan de nuevo a las granjas flotantes o a tanques de gran tamaño en las instalaciones del IEO, donde tienen más espacio para nadar. En la fase de crecimiento, se nutren de carnada (pequeños pelágicos que se lanzan uno a uno al tanque) a saciedad. Por supuesto, en todas las fases de cría, la calidad del agua debe de ser óptima y el contenido de oxígeno muy alto.
El IEO ha avanzado en el cultivo de otros túnidos, se ha completado el ciclo biológico en cautividad del bonito (Sarda sarda) aunque su cría comercial no se ha llevado a cabo por su bajo valor en el mercado.
Transferencia de la innovación
El cultivo integral del atún rojo atlántico se encuentra en la actualidad en fase experimental, aunque ya se ha completado un ciclo de reproducción completo, es decir, los científicos han visto y estudiado las diferentes fases del animal desde su fase larvaria a la edad adulta y la reproducción. Para que un programa de cría resulte rentable será necesario reducir de forma importante la alta mortalidad de los ejemplares, no solo en la fase de producción de juveniles, sino en el periodo de crecimiento hasta talla comercial. Todo este trabajo de laboratorio no sólo tiene aplicaciones comerciales sino que permite conocer muchos aspectos de la vida de los atunes desconocidos hasta ahora. Todos los datos que se obtienen se transfieren a otros científicos, gestores y empresas para mejorar la gestión pesquera de la especie y asegurar su sostenibilidad en su medio, a la vez que se avanza en las técnicas de cría comercial del atún rojo.