¿Cuáles son las mejores fuentes de investigación sobre los patrones migratorios del atún patudo y el de aleta amarilla? ¿Hay alguna diferencia entre los patrones migratorios de estas dos especies?

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Mayana, de Brasil, nos pregunta: ¿Cuáles son las mejores fuentes de investigación sobre los patrones migratorios del atún patudo y el de aleta amarilla? ¿Hay alguna diferencia entre los patrones migratorios de estas dos especies?

Le responde Iraide Artetxe de AZTI y Hilario Murua de International Seafood Sustainability Foundation: El método más común para estudiar la migración de los túnidos, incluidas estas dos especies, es el uso de técnicas de marcado y recaptura con marcas artificiales, que pueden clasificarse en dos grandes grupos: convencionales y electrónicas. En el marcado convencional, los peces se marcan con una identificación que permite la estimación de los patrones de movimiento aparente y las distancias recorridas cuando el pez es recapturado. El marcado electrónico, conocido también como telemetría de los peces, no requiere necesariamente la recaptura. Por otra parte, proporciona información más detallada, con datos como la posición diaria del pez o las medidas de los parámetros ambientales y fisiológicos que experimenta el ejemplar marcado. En el caso concreto de los atunes patudo y de aleta amarilla, los estudios con marcado convencional y electrónico indican que, en términos generales, los patrones migratorios horizontales de ambas especies son bastante parecidos: se producen movimientos a gran escala entre el hábitat de reproducción (en aguas oceánicas tropicales) y las zonas de alimentación (en latitudes oceánicas más meridionales y septentrionales). Estas grandes migraciones pueden recorrer cientos o miles de kilómetros. En cambio, sí existe una diferencia entre las migraciones verticales de estas dos especies, dado que el atún patudo es capaz de alcanzar aguas más frías y profundas que el de aleta amarilla.

Infografía sobre tipos de marcado

Entrando en mayor detalle, observamos que los ejemplares de la misma especie pueden mostrar patrones migratorios divergentes en el curso de sus vidas, debido a diferencias de conducta entre ejemplares (p.ej. “exploradores” y “residentes”) y/o distintas dinámicas subpoblacionales. Pero  el seguimiento de estos patrones migratorios dentro del área de distribución de la especie es más complicado: los dispositivos de marcado electrónico pueden dar estimaciones de geolocalización de un pez concreto, pero no siempre es fácil recopilar datos durante toda su vida, ya sea porque el pez no retiene la marca o porque se le agotan las baterías, entre otros motivos. También podemos analizar la composición química de los tejidos de los peces, como los otolitos (los gránulos calcáreos duros que se encuentran en su oído interno), que pueden reflejar el entorno en el que se han hallado los peces. Dado que la concentración de ciertos elementos varía de forma predecible en el océano y entre regiones oceánicas, la composición de los elementos encontrados en estos tejidos de los peces (por ejemplo, los otolitos) puede asociarse a ubicaciones oceánicas específicas y proporcionar así un marcado geoespacial natural. Aunque este enfoque muestra el potencial para descifrar los patrones migratorios de especies con grandes migraciones a escala de cuenca oceánica, como el atún de aleta amarilla y el patudo, de momento es más un objetivo que una realidad.

Infografía de los otolitos

Fuentes:

Fonteneau, A. y Hallier, J. P. (2015). Fifty years of dart tag recoveries for tropical tuna: A global comparison of results for the western Pacific, eastern Pacific, Atlantic,and Indian Oceans. Fisheries Research, 163, 7–22. 

McKenzie, J., Parsons, B., Seitz, A., Kopf, R., Mesa, M. y Phelps, Q. (2012). Advances in fish tagging and marking technology. American Fisheries Society.

Trueman, C. y St John Glew, K. (2019). Isotopic Tracking of Marine Animal Movement. En K. Hobson & L. I. Wassenaar (Eds.), Tracking Animal Migration with Stable Isotopes (Segunda edición, págs. 137–172). 

Este contenido forma parte del programa de educación oceánica, Centinelas, y reflexiona sobre el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14, Vida submarina.

Con la colaboración de: