Cómo afecta el cambio climático a la biodiversidad marina y la pesca artesanal en Baleares

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En los últimos 30 años, la temperatura del mar en las Islas Baleares ha subido 1,43 ºC. Puede parecer poco, pero este cambio está transformando profundamente la vida bajo el agua. Las especies marinas intentan adaptarse a este nuevo escenario, y con ellas, cambia también la forma de pescar los alimentos que llegan a nuestros mercados… y lo que ponemos en el plato.

Por ejemplo, el gerret, un pez muy ligado a nuestra tradición gastronómica se desplaza hacia otras zonas para encontrar aguas más frescas. Y no está solo. El jonquillo sigue la misma senda. Estos cambios en la biodiversidad marina afectan directamente a la pesca local.

Junto a pescadores, científicos del IEO hemos observado estos cambios de cerca y hemos contrastado los conocimientos de los profesionales del mar con datos recogidos en campañas oceanográficas y registros de lonja. Queremos entender cómo el cambio climático está alterando nuestros mares y qué papel puede jugar la pesca artesanal en su protección.

Nuevas especies y cambios en las autóctonas

Cada vez es más habitual encontrar en nuestras aguas peces a los que no estábamos acostumbrados. La vieja colorada o la jurela son especies propias del sur del Mediterráneo y del Atlántico, que ahora se expanden hacia el norte. Este fenómeno se conoce como meridionalización, y es uno de los signos del impacto del cambio climático en el mar.

Junto a estas nuevas llegadas, también vemos cómo algunas especies invasoras, como el cangrejo azul, procedente de América, se establecen en nuestras costas cada vez con más facilidad. En Baleares, su pesca está permitida para ayudar a gestionar su impacto. A menudo, estos animales se ven favorecidos por el aumento de temperatura y otros factores relacionados con la actividad humana. Este es un caso de tropicalización que supone el incremento de la abundancia de especies de aguas cálidas.

Por otro lado, algunas especies ya presentes en nuestro mar muestran cambios en su comportamiento. Pescadores y pescadoras han observado cambios que están siendo estudiados por los científicos para corroborarlos. Por ejemplo, han detectado que las langostas están retrasando su reproducción: los veranos empiezan antes alargándose en el tiempo, y las condiciones óptimas para el desove llegan más tarde. De forma similar, han advertido que la llampuga extiende su paso por nuestras aguas hasta bien entrado el otoño, y ahora los pescadores las capturan más lejos de la costa. Incluso han observado que los ciclos de crecimiento pueden cambiar. Especies como las serviolas, también llamados verderols en etapas juveniles, estarían creciendo más rápido y madurando antes, lo que modifica su comportamiento y distribución. Los primeros en darse cuenta de estos cambios siempre son los pescadores locales ya que repercuten en el acceso que tienen a las especies, al final y al cabo, en su trabajo diario.

La posidonia, en el centro del ecosistema

En este mar cambiante, hay un ecosistema especialmente vulnerable: las praderas de posidonia oceánica. Son auténticos pulmones marinos que almacenan carbono y dan refugio a una gran variedad de especies como la dorada, el mero, el dentón o los sargos.

Pero la posidonia es especialmente sensible al aumento de la temperatura del agua que junto a la contaminación, el fondeo masivo de embarcaciones y otras actividades humanas deterioran estos hábitats clave para la biodiversidad de las Islas Baleares.

La pesca artesanal: una aliada del mar

En este contexto, la pesca artesanal forma parte de la solución. Hablamos de pequeñas embarcaciones de menos de 12 metros, con uno o dos tripulantes, que faenan en el día y abastecen al mercado local. Usan artes menores y tradicionales como el trasmallo, el palangre o las nasas, que son más selectivos y menos agresivos con el medio marino.

Esta forma de pesca respeta la estacionalidad de las especies y se adapta a su disponibilidad. Además, mantiene vivo un conocimiento valioso: el saber hacer de generaciones que han trabajado el mar con respeto y vínculo con el entorno.

Sin embargo, en los últimos 10 años, la flota artesanal ha perdido un 18% de sus embarcaciones. Las causas: los cambios en biodiversidad, la disminución de la abundancia de especies, regulaciones pesqueras poco adaptadas a su realidad y la falta de relevo generacional.

Comer pescado local también es una decisión climática

El cambio climático, junto a otros impactos humanos, no solo transforma el mar. También cambia qué comemos y cuándo lo comemos. Así los pescadores y pescadoras se han tenido que adecuar a la reducción de ciertas capturas y la variación de las temporadas de pesca, pero también a la actividad de barcos de recreo o de grandes esloras y a fenómenos meteorológicos no habituales, muchos de ellos consecuencia del cambio climático como las olas de calor.

Hoy en día, casi el 90% del pescado que consumimos en Baleares viene de fuera, a pesar de estar rodeados de mar. Muchos de esos productos recorren miles de kilómetros y se consumen fuera de temporada. Pero hay una alternativa: volver la vista al mar más cercano. La producción y distribución de alimentos representa el 26% de las emisiones globales de CO2. Apostar por una pesca de proximidad, diversa y de temporada no solo protege la biodiversidad y apoya a los pescadores locales, sino que también reduce nuestra huella de carbono.

¿Qué podemos hacer?

Científicos y científicas del IEO trabajamos junto al sector pesquero para crear soluciones de gestión adaptadas a los nuevos tiempos. Queremos reforzar la biodiversidad marina y la viabilidad de la pesca artesanal en un entorno cambiante.

Todos podemos contribuir. ¿Cómo?

  • Compra pescado de temporada 
  • Come diverso y elige especies locales, quizás menos conocidas pero igual de sabrosas
  • Pregunta en el mercado de dónde viene lo que compras
  • Apoya a los pescadores y pescadoras de la Islas Baleares

De este modo, nuestra lista de la compra tendrá una menor huella de carbono, ayudaremos a mitigar el cambio climático y colaboraremos con la supervivencia del sector de pesca artesanal más cercano.